martes, 1 de abril de 2008

Love can save you now



Si no recuerdas al amor, aquí está, en su más perfecta definición, en un montaje rápido, paralelo, con dos personajes que lloran y se emocionan, con la distancia, con el tiempo. Con el cliché, casi cansador, casi insoportable de las fórmulas. Y, sin embargo, lloramos, la exactitud del melodrama, en su perfecta realización.

Sí, Desmond encuentra la constante, la que le es necesaria para sobrevivir a los viajes temporales de su mente, para no perderse en un derrame sangriento. Y la constante es el amor, tal vez, su mejor definición, “love can save you now”, no en mis palabras, en las de Daniel Johnston, alguien que parece entender que, tal vez, el amor sea lo único que nos pueda salvar.

Y finalmente, luego de desestructurar el cerebro del espectador con planteos que rayan lo absurdo y lo incomprensible; jugando a viajar en el tiempo, una de las hazañas más peligrosas en la historia del cine, todo lo que nos hace volver a sentirnos humanos es Desmond.

Es la muestra de la humanidad que emana de Lost, su articulación entre el suspenso, la acción, lo paranormal y el melodrama. La tragedia no es caer en una isla desierta, ver morir a los que amas, buscar comida, esperar ser rescatados. La tragedia es ser humanos y volver a vivir cuando el poder que determina el bien y el mal está en manos de un pedazo de tierra perdido en el océano.